miércoles, 20 de febrero de 2008

¿Es beneficioso para los padres?

La primera impresión que se desprende de la orden es que su hijo va a recibir una ayuda “extra”, y que el profesorado va a realizar un mayor esfuerzo para garantizar su éxito académico, gracias a la motivación de un incentivo económico. El problema es que no hay ninguna medida de control que garantice ni esa ayuda ni ese esfuerzo.

Lejos de ser así, podría ocurrir que a su hijo se le enseñase menos para garantizar su éxito. Podría ocurrir que a su hijo se le inflasen las notas, creándole unas expectativas falsas y abocándolo a un fracaso posterior de difícil solución. Podría ocurrir que le ocultasen a los padres y a la Administración comportamientos incorrectos de ciertos menores, de manera que no se corregirían. Podría ocurrir que un sinfín de actividades lúdicas sustituyesen a las educativas, en un intento desesperado de contentar a menores, padres, y al resto de los parámetros que examinará la Agencia de Evaluación Educativa.

La gran mayoría de los padres que poseen los recursos económicos suficientes pagan mucho dinero para escolarizar a sus hijos en centros privados, donde el nivel de exigencia mínimo está garantizado, y el control de su actitud es riguroso.

Para no vivir en la sospecha, o evitar malentendidos, recomendamos a los padres que exijan a la Consejería que se retire La Orden, y en el peor de los casos que se haga pública la lista de centros que se hayan suscrito al Plan de Incentivos, con la finalidad de saber dónde matricular a su hijo y poder estar alerta de la atención que se le presta.